Todos los seres humanos poseen la capacidad de expresar sus emociones y pensamientos de diferentes maneras. Algunos desarrollan habilidades intrínsecas de su personalidad y otras aprenden, por medio de técnicas y modelos que les permiten aprender a expresar correctamente sus ideas y criterios.
Todas estas habilidades constituyen herramientas que permiten inspirar a otras personas, o bien, algunas veces, canalizar de manera positiva frustraciones y debilidades personales.
La escritura constituye una de estas herramientas, tomando en cuenta que el ser humano es la única especie que cuenta con este recurso tan valioso que le ha permitido evolucionar a través de siglos de historia y recopilar acontecimientos que constituyen las bases de su cultura, sociedad, religión y comunicación.
En este tiempo de pandemia, la escritura ha adquirido una importancia aún mayor, ya que, existe tanto que comunicar que como dijo Oscar Wilde: “No existen más que dos reglas, tener algo que decir y decirlo”.
En el ámbito de la educación, la escritura se ha convertido en un reto por alcanzar, ya que, con la llegada de la era digital y su característica inmediatez, muchas veces se resta importancia a la reflexión de los pensamientos e ideas que permitan a los estudiantes, compartir sus experiencias de esta manera.
La escritura debe representar para los estudiantes un recurso, por medio del cual, puedan comunicarse con su entorno y plasmar gráficamente, todas las emociones que ha representado para ellos, atravesar por este tiempo de pandemia; todos los desafíos a los que han tenido que enfrentarse y sus objetivos futuros, una vez que llegue a su fin esta difícil etapa, que ha desafiado la humanidad completa. También, puede significar un refugio emocional para sentirse escuchados por el mundo exterior y no ensimismarse en una solitaria realidad.
Es sumamente interesante leer todo lo que los estudiantes puedan compartir por medio de sus textos, como dice Voltaire: “La escritura es la pintura de la voz’’. La escritura representará su arte, que marcará un precedente para nuevas generaciones que podrán conocer todo lo experimentado en esta pandemia, en la cual, ya todos son sobrevivientes.
La importancia de la escritura
radica en contribuir a formar una bitácora histórica, que permita establecer parámetros de comparación con otras situaciones similares del pasado y afrontar mejor el futuro, desde diferentes perspectivas y puntos de vista; contar con la recopilación de vivencias, rutinas, experiencias y soluciones, serán de mucha utilidad para quienes atraviesan por situaciones similares, como dice la frase de Anais Nin: “Escribimos para inventarnos un mundo mejor del que conocemos”.
Resulta preocupante lo publicado por la “United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization” -UNESCO-, la cual indica que la práctica de la escritura y la lectura en estudiantes de nivel medio superior, ha disminuido en un 60% en esta época de pandemia, lo que invita a buscar un mayor interés en desarrollar estas destrezas en los estudiantes, que los convertirá en protagonistas de su propia historia.
En conclusión, la escritura representa una valiosa herramienta, que establece un beneficio en doble vía, una forma de comunicar las emociones e ideas y al mismo tiempo, dejar una huella en la historia, al plasmar la forma en la que se encara el inédito presente.