Estamos viviendo en una sociedad fracturada, cada día más carente de virtudes humanas, en contra del tiempo y donde lo único importante es sobrevivir , nos estamos convirtiendo en una sociedad individualista, acomodada, que busca lo fácil, rápido, sin hacer ningún esfuerzo, preocupándonos más por lo superficial y material, dejando en un segundo plano la parte humana y es sobre todo preocupante que las nuevas generaciones normalicen estas acciones, actitudes y falta de valores.
Se tiene la creencia que las virtudes humanas son un tema del que hablan sólo los abuelitos, personas de un ámbito religioso, personas aburridas, algo del siglo pasado, eso ya no se usa o incluso qué es un tema sólo para personas santas y por esto se han quedado guardadas en el cajón del olvido.
Es tiempo de desempolvar ese cajón y abrirlo para resignificar las virtudes humanas, devolverles su valor, hacerlas alcanzables a cualquier persona y convertirlas más en un estilo de vida, que una simple convicción moral.
Las virtudes humanas son hábitos buenos que forman parte de nuestra personalidad y que se alcanzan por medio de constancia, esfuerzo, disciplina y sobre todo voluntad, para hacernos mejores personas, sentirnos plenos como seres humanos y alcanzar nuestro fin último “ser felices” .
Estas virtudes humanas se deben descubrir y trabajar a lo largo del desarrollo humano , desde la infancia virtudes como la obediencia, justicia y sinceridad, durante la niñez conocer la fortaleza, perseverancia, paciencia y generosidad hará niños felices , con los cambios físicos y emocionales en el inicio de la adolescencia descubrir la templanza, el pudor y el respeto, ayudarán a asimilar mejor esos cambios y en la juventud practicar la prudencia, comprensión, lealtad y optimismo consolidará la formación de identidad y personalidad; este trabajo a lo largo de la vida dará como resultado una persona con estabilidad emocional, capaz de enfrentar con asertividad las dificultades que se presentan en la vida diaria y esto nos hace ir por el camino a la excelencia.
Lo primero que necesitamos para recorrer este camino a la excelencia es reconocer que las virtudes están a nuestro alcance, que podemos apropiarnos de ellas, hacerlas parte de nuestra vida diaria, dirigiéndonos siempre a la búsqueda de la verdad y del bien, después de la mano con la voluntad, entendida como el querer hacer, ejecutar o llevar a la práctica un pensamiento, idea, objetivo o propósito que queremos alcanzar y que esto no solo se quede en un pensamiento vacío; por último la constancia y disciplina que le agregamos a un objetivo o meta por alcanzar nos llevará directo a su realización, teniendo la certeza que vamos por el camino correcto.
Tomando la frase de San Agustín “ Ama y haz lo que quieras “ nos hace reflexionar que una persona que vive las virtudes actúa en la búsqueda del bien y de forma natural se ama lo que se busca y se actúa naturalmente de forma virtuosa.
La familia es el primer lugar de formación de toda persona y se espera que allí se le enseñe la forma de vivir en virtudes, a todos los padres de familia nos gustaría que nuestros hijos fueran personas llenas de virtudes para alcanzar el éxito y la excelencia, pero hace falta convencernos de su importancia y vivirlo en familia aprovechando las actividades de la vida diaria para cultivar las virtudes humanas.
Es por esto que en SCL somos conscientes de la importancia de las virtudes humanas y queremos ser ese apoyo que necesitan las familias para poder hacerlas un estilo de vida en nuestros estudiantes desde los pequeños hasta los más grandes, por medio de un programa de trabajo en virtudes humanas adecuado a las diferentes edades y necesidades de los estudiantes conociendo una virtud diferente cada mes, se realiza los días viernes durante la bienvenida una actividad diferente que promueva la vivencia de la virtud, de la mano con los maestros quienes también reciben una capacitación constante sobre el tema y cómo llevarlo a la vida diaria y por último queremos que el programa sea integral trabajando con los padres la importancia y educación de las virtudes humanas en casa por medio de la escuela para padres .
Estamos seguros que si sembramos hoy esa semilla , en un futuro cosecharemos los frutos y tendremos alumnos de excelencia con el temple necesario para afrontar la vida .